Este proyecto nace con la idea de crear un parque interior para niños, pensado como un lugar de encuentro familiar donde el juego, la comodidad y la funcionalidad se integran en un mismo espacio. El edificio fue diseñado desde cero, lo que nos permitió imaginar una estructura abierta y flexible, con grandes luces que eliminan las columnas en el interior y brindan total libertad para disfrutar de las zonas de juego.

La arquitectura del proyecto no solo se centra en los más pequeños. También incluye áreas cómodas y acogedoras para los padres: espacios de coworking, zonas de descanso y salones de fiesta que hacen de este lugar un centro de experiencias para toda la familia. La atmósfera combina diseño lúdico y contemporáneo, con colores vibrantes, mobiliario cálido y abundante vegetación que aportan frescura y vitalidad.

Uno de los retos principales fue pensar en un edificio eficiente y confortable. Por eso, jugamos con los niveles de la cubierta para permitir el ingreso de iluminación cenital natural, que llena los espacios de luz durante el día y genera un ambiente abierto y alegre. Al mismo tiempo, la estructura está diseñada para favorecer la ventilación natural, logrando evacuar el aire caliente y mantener un confort térmico adecuado.

El resultado es un proyecto que trasciende la idea tradicional de parque infantil: un lugar pensado para crecer, aprender y compartir en familia, donde la arquitectura potencia la experiencia de cada usuario.