Este proyecto comenzó con un desafío claro: transformar un apartamento nuevo, frío y sin carácter, en el hogar ideal para sus dueños. A través de una selección cuidada de materiales, iluminación y texturas, logramos crear un espacio cálido, acogedor y lleno de vida. La paleta de colores neutros y las maderas naturales aportan una sensación de calma y equilibrio, mientras que los detalles en iluminación resaltan cada ambiente, dándole profundidad y dinamismo. La cocina, completamente integrada a la zona social, se convirtió en el corazón del hogar, perfecta para compartir y disfrutar del día a día. La terraza, antes desaprovechada, ahora es un refugio al aire libre con mobiliario diseñado a medida, vegetación cuidadosamente seleccionada y un fogatero central que invita a largas conversaciones bajo las estrellas. Cada rincón de este apartamento refleja la esencia y el estilo de sus habitantes, demostrando que el diseño no solo transforma espacios, sino también la forma en que se viven.